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1999/08/21 07:00:00 GMT+2

Feliz Occidente

Una mujer llora ante la cámara de la televisión. Cuenta que es maestra en Kosovo desde hace más de 20 años; que durante ese tiempo ha dado clase a cientos de niños, sin interesarse jamás por su origen étnico; que ha recibido premios por la bondad de su labor... y que ahora no tiene más remedio que irse de Kosovo. Relata que los albaneses le están haciendo la vida imposible. Que le gritan: «¡Asesina!» por la calle y la amenazan de muerte.

Tiene miedo. Nadie la protege. Kosovo está lleno de tropas de la OTAN, pero tanto da.

Más de 200.000 kosovares de origen serbio y gitano han tenido que abandonar sus trabajos, sus posesiones, sus casas, y escapar camino de Serbia. Da igual que participaran o no en la espantosa limpieza étnica de Milosevic: para los guerrilleros albano-kosovares y sus seguidores, ser de origen serbio o gitano es delito más que bastante. Todos ellos merecen la muerte.

Lo que se está consumando en Kosovo ahora mismo es, pura y simplemente, otra limpieza étnica, similar a la que sufrieron hace meses los albano-kosovares. Menos brutal y expeditiva en sus métodos, pero igual de eficaz, o incluso más: los que están huyendo ahora no tienen ninguna esperanza de regresar jamás a sus hogares.

En otro punto se distinguen las dos limpiezas étnicas: aquélla sucedió ante la impotencia de la comunidad internacional; ésta, ante su total indiferencia.

Lo declararon solemnemente todos los dirigentes occidentales: «No podemos tolerar que se realice una limpieza étnica en el corazón de Europa».

Quizá les entendimos mal. Tal vez debimos tomar sus palabras en sentido literal: no toleraban una limpieza étnica, pero sí otra.

Créanme que lamento de veras haber acertado en el análisis de la guerra que desató la OTAN contra Yugoslavia. Dije, como otros muchos -no tantos, en realidad-, que los EEUU y sus aliados no habían puesto en funcionamiento su máquina bélica para impedir que un pueblo fuera perseguido y forzado a abandonar su tierra. Que no había en esa guerra ningún compromiso con la defensa de los derechos humanos. Que actuaron sólo para dejar claro que en la Europa de hoy no hay lugar para díscolos como Milosevic. Y para que Rusia tomara nota. Que aquí no se hace sino lo que mandan ellos, y amén, punto redondo.

Ya tenemos la prueba de que fue tal cual: más de 200.000 serbios y gitanos, obligados a huir de sus hogares y refugiarse en Serbia... y Washington que bosteza, y la OTAN que sestea, y los poderosos medios de comunicación que miran para otro lado.

Qué feliz Occidente.

Javier Ortiz. El Mundo (21 de agosto de 1999). Subido a "Desde Jamaica" el 21 de agosto de 2010.

Escrito por: ortiz el jamaiquino.1999/08/21 07:00:00 GMT+2
Etiquetas: milosevic el_mundo kosovo 1999 guerra preantología otan yugoslavia | Permalink | Comentarios (1) | Referencias (0)

Comentarios

Ay, Javierete de mis entrañas.
Liberté, égalité, fraternité!

Escrito por: Marieta.2010/08/21 10:40:37.341000 GMT+2

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