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2001/12/19 06:00:00 GMT+1

El titular que nunca existió

Los titulares de El Mundo han aportado a la Historia del Periodismo importantes innovaciones todavía no bien estudiadas en las Facultades del ramo.

Algunas de esas aportaciones, muy notables, se basan en el uso intencionado de determinados adverbios y conjunciones.

El adverbio ahora, sin ir más lejos. «Arzalluz afirma ahora que el PNV se opone al terrorismo». El lector entiende de inmediato lo que se le insinúa, con la ventaja adicional de que, como se le insinúa pero no se le dice, no hay por qué justificarlo.

La conjunción mientras también da muchísimo juego. Permite dar pistas sobre hipotéticas relaciones entre hechos que corrían el riesgo de pasar por meramente simultáneos. Ejemplo: «Aznar, recibido calurosamente por Bush mientras González dice que España no tiene política exterior».

En determinadas condiciones, ni siquiera hace falta recurrir al aparatoso mientras. Vale con un lacónico y. Muestra: «Rabat recibe a Zapatero con honores de presidente y Bono dice que el régimen marroquí no es democrático». ¿Hay que deducir que El Mundo se opone a que los políticos españoles tengan relación con regímenes no democráticos? No. Basta con retener la malicia.

Dada esa habilidad -que he ilustrado supra con titulares de mi pura invención-, reconozco que me sentí realmente defraudado el pasado lunes al no toparme en portada con el encabezado que esperaba. A saber: «El Príncipe Felipe anuncia su ruptura con Eva Sannum y Eduardo Serra confirma el nombramiento del heredero como presidente de honor de un lobby de negocios internacionales».

Porque me parece evidente -por más que imposible de demostrar- que ambos hechos están íntimamente relacionados.

Se trata del mero trueque de un affaire exterior por otro.

De un trueque, además, perfectamente justificable. Y comprensible.

El Príncipe no ganaba nada oficializando sus relaciones con la muchacha ésa. Lo que la chica del país del Norte le ofrecía no sólo lo ha tomado ya, sino que, con cierta discreción -y unos cuantos talones bancarios, eventualmente-, podrá seguir tomándolo cuanto le dé la gana en el futuro (con lo cual mantendrá, ya de paso, una tradición muy borbónica). A cambio, el lobby de Eduardo Serra tiene un aspecto de lo más prometedor. De ahí puede salir dinero a espuertas. ¿Para qué andar tirando de la manga al rey Fadh o al De la Rosa de turno, en plan cutre, si uno puede meterse honorablemente en un estupendo negocio realizado con todas las bendiciones oficiales? Foreign affaire por foreign affaire, la cosa no tenía color.

Habrá quien objete que podía haber hecho ambas cosas. Pero no. El affaire de doña Eva le estaba restando enteros en la bolsa de la Corona un día sí y otro también. Si quería rodearse de un halo de honorabilidad y ser tomado en serio en el mundo de los negocios, estaba obligado a dar pasaporte a la noruega. Y es lo que ha hecho. Y encima se ha llevado una cosecha de halagos de las que hacen época.

Desengañémonos: la manzana de Eva ya no tienta. La Gran Manzana resulta mucho más rentable.

Javier Ortiz. Diario de un resentido social (19 de diciembre de 2001). Subido a "Desde Jamaica" el 30 de junio de 2017.

Escrito por: ortiz el jamaiquino.2001/12/19 06:00:00 GMT+1
Etiquetas: diario 2001 | Permalink | Comentarios (0) | Referencias (0)

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