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2001/09/26 07:00:00 GMT+2

El reino del prejuicio

Es cierto que la primera víctima de todas las guerras es la verdad.

Pero no se va sola a la tumba. Se lleva siempre con ella otras virtudes. La reflexión, por ejemplo.

Cuando la guerra entra por la puerta, el pensamiento sereno huye por la ventana.

Es desolador comprobar hasta qué punto se empobrece el debate en cuanto los contendientes se ponen firmes. Las posibilidades de discutir de un modo mínimamente respetuoso e inteligente desaparecen como por ensalmo. Los argumentos se convierten en armas arrojadizas. «Quien no está con nosotros está con los terroristas», dice George W. Bush, y sus partidarios del mundo entero aceptan sin rechistar la grosería intelectual, en lugar de preguntarse en voz alta si no sería más prudente poner la causa de Occidente en manos de alguien que, además de extremidades, tuviera cabeza. Ellos mismos han pasado a usar la suya sólo para embestir.

He tenido estos días discusiones gloriosas con algunos adalides de la Nueva Cruzada, hasta hace bien poco gente pasablemente sensata. Se niegan, lisa y llanamente, a que algunos podamos considerar que la contienda que se prepara no sea la del Bien contra el Mal, sino, como mucho, la de un Mal contra otro Mal. Para ellos, quienes sostenemos esa posición no somos más que una banda de agentes camuflados de Ben Laden (al que nos han obligado a llamar Bin, supongo que por mera sumisión a la ortografía del patrón).

Pero no sólo el bando bushista tiene problemas con el pensamiento. Aunque a escala y con trascendencia muy diferentes, también del lado de los que nos oponemos a la Nueva Cruzada están apareciendo análisis preocupantemente simplistas, cuando no directamente absurdos, y se da crédito a noticias sin el menor marchamo de verdad . El uno sostiene, en evidente desafío a las leyes de la proporcionalidad, que los atentados del 11 de septiembre pudieron fácilmente ser obra de la CIA. El otro comenta la masacre con un lacónico «donde las dan, las toman», como si los miles y miles de trabajadores y visitantes de las Torres Gemelas fueran todos generales del Pentágono en día de libranza. El de más allá, por su parte, proclama urbi et orbi que la CNN difunde imágenes falsificadas, sin tomarse el menor trabajo de aportar pruebas que respalden su acusación. Como si la CNN necesitara falsear imágenes para vender su película.

Estamos una vez más en el punto en el que todo quisque acepta o rechaza lo que oye según coincida o no con sus ideas previas.

El mundo se ha instalado de nuevo en el lugar mentalmente más confortable y políticamente más destructivo de la Historia: en el reino del prejuicio.

Javier Ortiz. El Mundo (26 de septiembre de 2001). Subido a "Desde Jamaica" el 28 de septiembre de 2011.

Escrito por: ortiz el jamaiquino.2001/09/26 07:00:00 GMT+2
Etiquetas: preantología el_mundo usa bush 2001 11s bin_laden | Permalink | Comentarios (0) | Referencias (0)

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