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2004/12/19 06:00:00 GMT+1

El programa doble del PP

La gente de Rajoy está convencida de que el fin principal del Gobierno de Zapatero es la destrucción del PP. Ve todos y cada uno de los actos gubernamentales como otras tantas insidias destinadas a castigar el cuerpo de su partido, ponerlo contra las cuerdas y, si es posible, tirarlo a la lona para que se lo lleven en camilla.

Es un proceso paranoide típicamente político. La lucha política es muy propicia a la paranoia. El paranoico piensa que hay gente que se pasa el día procurando hacerle daño. Y, como cuando alguien habita en las cumbres de la política es harto probable que haya bastante gente que esté buscándole realmente las cosquillas, la paranoia encuentra un buen caldo de cultivo y se disimula con facilidad.

En realidad, el Gobierno de Zapatero no está acosando al PP. En un buen número de asuntos fundamentales, mantiene con él relaciones privilegiadas y pactos de toda suerte.

Lo que les sucede a los dirigentes del PP es que quieren seguir gobernando desde la oposición. Exigen que el PSOE haga en cada situación lo que les dictan o, en el peor de los casos, que no acuerde nada importante sin pactarlo previamente con ellos.

Están tan convencidos de que sus formulaciones reaccionarias constituyen el único modo aceptable de encarar la realidad de España que, cada vez que el PSOE no se atiene disciplinadamente a ellas, reaccionan tomándolo como un crimen de lesa patria y afirmando que no lo tolerarán. Ayer «advirtieron» a Zapatero -véase la portada de El Mundo de hoy- de que «el Pacto Antiterrorista, el concepto de nación española y el de la soberanía de Gibraltar son inalterables». ¿Por qué? En puridad democrática, nada hay que la mayoría no pueda alterar o reconducir, si lo desea. No hay pacto que no pueda ser replanteado por alguno o algunos de sus signatarios, ni hay idea -y menos aún si está tomada de ese compendio de expresiones contradictorias que representa la Constitución Española- que no pueda ser reinterpretada o incluso revisada, llegado el caso, si quienes lo pretenden obtienen el respaldo que fija la ley. (De lo de Gibraltar casi es mejor no hablar. ¿En qué punto de la Constitución, o en qué ley de rango elevado se define «el concepto de la soberanía de Gibraltar» y de qué modo debe ser administrado por los gobernantes? En ninguno, por supuesto.)

En cada punto en el que el PSOE se aleja por poco que sea del guión reaccionario del PP, los de Rajoy -es decir, los de Aznar- se lo toman como un golpe bajo dirigido contra ellos. Ni siquiera consideran la posibilidad de que el Gobierno lo haga para no ganarse a demasiada velocidad la desafección de sus votantes. Ellos lo tienen clarísimo: lo que quieren es destruirlos.

No nos dejemos engañar por la paranoia de esta gente, que crispa la actualidad política hasta el punto de parecer que hay terribles enfrentamientos. En realidad, en aspectos definitivos de la orientación política general, las posiciones del Gobierno de Zapatero no divergen gran cosa de las del PP. Se ha alejado de él en algunos puntos, sin duda, pero con mucha prudencia.

Sólo faltaría que no lo hiciera: sus electores dirían que para eso, le devuelven el Gobierno al PP y santas pascuas.

Pero la aznariada sigue con su programa doble de lamentos e indignaciones.

Espero que a la gran mayoría esa inacabable repetición diaria le produzca el mismo efecto que provoca en mí: aburrimiento.

 

Javier Ortiz. Apuntes del natural (19 de diciembre de 2004). Subido a "Desde Jamaica" el 11 de julio de 2017.

Escrito por: ortiz el jamaiquino.2004/12/19 06:00:00 GMT+1
Etiquetas: apuntes 2004 | Permalink | Comentarios (0) | Referencias (0)

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