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2003/03/19 06:00:00 GMT+1

El gran dictador

Se nos viene restregando desde hace más de una década el precedente bochornoso de Munich y la cobardía de los estados occidentales ante Hitler como muestra de lo que no podemos aceptar con Sadam Husein.

Lo cierto es que cualquier similitud entre la Alemania de 1938 y el Irak de 2003 es pura coincidencia.

El régimen hitleriano contaba con unas Fuerzas Armadas poderosísimas. Estaba respaldado por una industria puntera, que trabajaba a pleno rendimiento y con excelentes resultados en los planos más diversos, empezando por el del armamento. El propio Führer, que había llegado al Poder gracias al voto popular, alardeaba de la superioridad de su Estado y de su modelo social, y no ocultaba su intención de controlar y dirigir el mundo entero. Su poderío era tal y tan patente, y la arrogancia y el fervor de los suyos tan manifiestos, que atemorizó efectivamente a los gobernantes de la mayoría de los países occidentales: le permitieron saltarse a la torera el Derecho internacional, en parte porque tampoco veían con malos ojos su feroz oposición al comunismo, al que los nazis acusaban de terrorista (recuérdese el proceso por el incendio del Reichstag).

¿Qué parecido hay entre aquella realidad y la que arropa a Sadam Husein? El dictador iraquí, cuyo ejército se demostró incapaz de vencer siquiera al iraní -y eso con el respaldo de los Estados Unidos y de Rusia-, no puede ni pensar en atacar a nadie: la industria de su país no le da ni para defenderse. Tiene a la población hambrienta y desanimada y la mitad del territorio bajo control aéreo extranjero. De hecho, lleva meses aceptando con resignación las mayores humillaciones, permitiendo que le inspeccionen hasta debajo de las alfombras de su casa.

Comparar a ese sátrapa venido a menos con el Hitler de 1938 es sencillamente ridículo.

Pero no desdeñemos por entero la comparación.

¿Hay alguien en el mundo de hoy que cuente con unas Fuerzas Armadas poderosísimas, que esté respaldado por una industria puntera, particularmente en el plano armamentístico, que alardee de la superioridad de su Estado y de su modelo social, que no dude en manifestar su intención de controlar y dirigir el mundo entero, cuya arrogancia parezca no tener límites y que se salte a la torera el Derecho internacional cada vez que le viene en gana, sin que apenas ningún gobernante occidental se atreva a ponerle peros?

Dictador viene de dictar. ¿Hay alguien en este momento que dicte al mundo entero lo que debe hacer, y que no se considere sometido a ley alguna, salvo la de su real gana?

Si no les viene a ustedes ningún nombre a las mientes, háganselo mirar.

Javier Ortiz. Diario de un resentido social y El Mundo (19 de marzo de 2003). Subido a "Desde Jamaica" el 6 de marzo de 2017.

Escrito por: ortiz el jamaiquino.2003/03/19 06:00:00 GMT+1
Etiquetas: irak el_mundo usa guerra sadam_husein diario 2003 alemania hitler | Permalink | Comentarios (0) | Referencias (0)

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