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2002/12/12 06:00:00 GMT+1

El Estado malefactor

Ya tuvimos ocasión de escuchar hace unos días la doctrina de José María Aznar sobre el papel que deben tener las Fuerzas Armadas españolas en caso de desastre colectivo: según él, deben encargarse de aquellas funciones que los voluntarios no acierten a resolver. O sea, que el Ejército, de entrada, en posición de liberal, y hasta de fisiócrata: laissez faire, laissez passer. De mirón. ¿Que el personal no acaba de apañárselas por su cuenta y riesgo? Entonces sí; entonces interviene. En plan auxiliar.

He escrito que quieren que la gente se las apañe «por su cuenta y riesgo».

Por su riesgo, desde luego. Ya ha habido un buen puñado de voluntarios que han tenido que ser atendidos de diversas afecciones provocadas por el hecho de que las mascarillas que les están proporcionando son tan baratas como inadecuadas: no filtran los gases que emanan del fuel. También ha habido varios casos de caídas por las rocas (uno relativamente grave, parece, en las Cíes).

Pero he escrito que pretenden también que la ciudadanía se las apañe «por su cuenta». Y lo peor es que está resultando tal cual, literalmente.

De veras que lo he visto y no podía creérmelo: ¡pretenden que la lucha contra el desastre de Galicia se financie, al menos en parte, gracias a la caridad espontánea del personal! Han abierto un puñado de cuentas corrientes en unos y otros bancos y no paran de invitar a la ciudadanía a meter dinero, para mostrar su solidaridad.

¡Habrase visto caradura! ¿Pero esto que es? ¿Ruanda, Somalia? ¿El Domund? ¿No tenemos aquí un Estado que nos cobra un pastón todos los años, vía IRPF -y vía tasas y exacciones de toda suerte-, para llenar unas arcas que se supone que tienen que servir para cubrir los gastos colectivos que se impongan?

He escuchado por la radio al representante de una Cofradía: «Ese dinero nos puede venir muy bien, porque se nos están acabando las mascarillas, y los monos blancos...». ¡Toma ya! ¿Qué se supone, que el personal de a pie tiene que poner los voluntarios y, además, pagarles el equipamiento?

Llevo años ejerciendo de contribuyente ejemplar. Pago hasta el último céntimo que me corresponde. Mi agente fiscal -pobrecilla- ya no se toma el trabajo de preguntarme si voy a tratar de escaquearme en algo. Sabe que soy inmaculado: lo declaro todo. La Agencia Tributaria también lo sabe: ha investigado mis cuentas en varios ejercicios -prefiero no imaginar por qué- y las dos veces que creyó haberme cogido en falta tuvo que envainarse sus acusaciones.

Pero lo declaro en este punto solemnemente: como me convenzan de que mi dinero no vale para las buenas causas, porque las buenas causas deberán finalmente financiarse a cuenta de la caridad, dejo de pagarles un euro más y les digo que se metan el impresito correspondiente por donde les quepa. Que uno puede ser imbécil, pero no tanto.

Javier Ortiz. Diario de un resentido social (12 de diciembre de 2002). Subido a "Desde Jamaica" el 2 de enero de 2018.

Escrito por: ortiz el jamaiquino.2002/12/12 06:00:00 GMT+1
Etiquetas: españa diario economía 2002 aznarismo ejército estado aznar | Permalink | Comentarios (0) | Referencias (0)

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