Inicio | Textos de Ortiz | Voces amigas

1997/09/13 07:00:00 GMT+2

El espíritu de Ermua

Todo fue que Raimon hiciera una mención a la lucha antifranquista y ya empezaron a montarle el pollo. Se le ocurrió decir luego que considera que su lengua, el valenciano, es una variedad de la lengua catalana -una afirmación respaldada por una institución tan poco sospechosa de fanatismo pancatalanista como la Real Academia Española de la Lengua-, y la bronca subió varios grados. Ya sólo faltó que llegara el Gora Euskadi! de la pieza que cantó -un Gora Euskadi! que la censura del régimen de Franco le obligó a transformar en Gora Gora- y la olla se puso a hervir.

Algo parecido le sucedió a José Sacristán, que tuvo la osadía de recitar unos versos de Bertolt Brecht que incluyen una referencia a «los comunistas». Más bronca.

Hablo de oídas. No fui al festival. Tampoco lo vi por televisión. Me bastó con leer su anuncio para temer lo peor, y los hechos han venido a demostrar con creces que mi prevención estaba justificada.

Vengo diciendo desde julio que eso que se llama el espíritu de Ermua presenta aspectos más que problemáticos. Ahí está la prueba.

Dicen que se trata de que nos unamos todos cuantos reprobamos los crímenes de ETA, «más allá de cualquier diferencia». ¿Más allá de cualquier diferencia? Desde luego que no. No seré yo quien se una a quienes condenan esos crímenes pero jalean otros, o los disculpan, o los reprueban sólo de boquilla. No seré yo quien acepte compadreos con quienes se enfadan cuando oyen afirmar que el franquismo fue una dictadura (sangrienta, para más señas). No seré yo quien se avenga a marchar codo con codo con quienes alternan las protestas por los crímenes de ETA con los homenajes a Enrique Rodríguez Galindo.

¿«Todos a por ellos»? Si para formar parte de ese todos hay que estar en semejante compañía, que nadie cuente conmigo. Que me dejen fuera, si para integrarse en esa unanimidad hay que avenirse a una amalgama sin principios.

Se ha creado una mixtificación monumental. No es verdad que haya dos grandes bandos: ETA de un lado y todos los demás del otro. Hay más bandos. ¿De qué bando son Argote y Vera? ¿En qué bando están los que siguen venerando la memoria de Franco? No en el mío: eso puedo jurarlo.

Existen muchos bandos, y muchas ideologías -también inconscientes- y muy diversos intereses. Esta es una sociedad plural a la que se trata de ahogar en nombre de «la unidad de todos los españoles». Olvidemos esa ficción. Hay muchos modos de estar contra ETA: el del Gobierno es sólo uno. Que cada cual diga lo que crea, y déjese ya de vituperar a quien critica y de acusarle de «crispar», según la moda.

No ganamos nada haciendo un totum revolutum en el que los demócratas tengan que confundirse con los fascistas y los defensores del terrorismo de Estado.

La unanimidad no es un valor, sino una maldición. Una sociedad unánime es una sociedad huera.

Menos unidad y más ideas.

Javier Ortiz. El Mundo (13 de septiembre de 1997). Subido a "Desde Jamaica" el 18 de septiembre de 2010.

Escrito por: ortiz el jamaiquino.1997/09/13 07:00:00 GMT+2
Etiquetas: españa el_mundo 1997 galindo gal franco eta euskal_herria ermua josé_sacristán antología raimon miguel_ángel_blanco euskadi | Permalink | Comentarios (0) | Referencias (0)

Comentar





Por favor responde a esta pregunta para añadir tu comentario
Color del caballo blanco de Santiago? (todo en minúsculas)