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2001/03/15 06:00:00 GMT+1

El coche parado

He quedado a cenar lejos de mi casa. Me dirijo en coche al punto de cita. Conduzco algo nervioso: soy de una puntualidad enfermiza y voy justo de tiempo. La circulación por el centro de Madrid es normal, es decir, mala.

El semáforo se pone en verde pero la fila de coches no avanza. Me asomo para ver qué pasa. Hay una furgoneta en doble fila con la puerta abierta que tapona uno de los dos carriles de la calle. Impaciente, hago sonar el claxon. «Qué jeta tienen, siempre igual. ¡Los demás les importamos un bledo!», me digo. Algunos conductores me imitan. Pronto se organiza un buen concierto de bocinas.

Veo que junto a la furgoneta hay una agente de la Policía Municipal. Otra está dirigiendo la circulación para convertir las dos filas de coches en una sola. Al final consigo reemprender la marcha.

Me dispongo a echar una mirada de reproche al conductor de la furgoneta. Veo que está sentado en su asiento con las piernas hacia la calle.

Ya está: lo tengo al lado. Lo miro. Es un hombre trajeado, de unos 40 años. Tiene los ojos fijos, dirigidos hacia la noche madrileña.

Compruebo que yo tenía razón: los demás le importamos un bledo.

Está muerto.

Javier Ortiz. Diario de un resentido social (15 de marzo de 2001). Subido a "Desde Jamaica" el 6 de mayo de 2017.

Escrito por: ortiz el jamaiquino.2001/03/15 06:00:00 GMT+1
Etiquetas: diario 2001 | Permalink | Comentarios (0) | Referencias (0)

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