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2006/03/06 07:00:00 GMT+1

El clamor de las víctimas

«Hay que escuchar el clamor de las víctimas», dicen sin parar. Objeción primera: a mí, por lo menos, me es imposible escuchar el clamor de las víctimas, porque no lo oigo. Oigo, eso sí –y además sin parar–, el clamor de los representantes de algunas organizaciones de víctimas, casi todas ellas indirectas (es decir, pertenecientes al entorno familiar de quienes fueron víctimas directas). Pero esos representantes no representan a todas las víctimas. Ni siquiera a todas las víctimas del terrorismo. Ni siquiera a todas las víctimas del terrorismo reciente. Ni siquiera a todas las víctimas del terrorismo de ETA.

En cuanto al clamor de esos representantes de algunas víctimas casi todas indirectas del terrorismo relativamente reciente –y, como ya digo, no de todos los terrorismos–, lo primero que me parece obligado decir es que no veo a cuento de qué se dedican a clamar. Uno tiene razón para clamar cuando habla en tono normal y no le hacen caso. Pero a los representantes de esas organizaciones de víctimas del terrorismo que claman se les hace mucho caso, y se les recibe en muchos foros, y se les proporcionan muchos altavoces, y se les conceden muchas de sus demandas.

El problema es que algunos de esos representantes clamantes claman exigiendo que los demás asumamos una determinada línea política. Una línea que establece qué debe hacerse en muchos planos: qué vías han de seguirse para lograr la paz en Euskadi, qué partidos políticos deben ser legales y cuáles otros ilegales, qué sociedades merecen el calificativo de naciones y cuáles no, qué modelo de organización territorial debe adoptar el Estado español... Y eso no les corresponde decidirlo a ellos, por muy víctimas o muy familiares de víctimas que sean. Para decidir sobre ese género de asuntos hay que formar un partido político, presentarse a las elecciones, obtener la mayoría parlamentaria y sacar adelante las leyes correspondientes.

Alternativamente, también podrían obtener los objetivos que pretenden si reuniera esos requisitos el partido en el que ya militan de hecho.

He escrito más arriba que esos representantes de víctimas no representan a todas las víctimas, etcétera, etcétera. Es cierto que hay otros representantes de otras víctimas que no comparten esos criterios políticos. Que tienen otros, no sólo diferentes sino incluso opuestos. Lo cual me parece muy digno de estima, pero indiferente, a estos efectos. Tampoco ellos tienen derecho a dictar líneas políticas a la sociedad.

A lo que tienen que dedicarse los representantes de las organizaciones de víctimas, o de familiares de víctimas, es a lograr el reconocimiento social que merece la desgracia que representan y a obtener mejoras en las condiciones de existencia de sus representados.

Que no es poca cosa. Mucha otra gente no menos desgraciada no tiene nada de eso.

Javier Ortiz. El Mundo (6 de marzo de 2006).

Escrito por: ortiz el jamaiquino.2006/03/06 07:00:00 GMT+1
Etiquetas: españa víctimas zapaterismo eta 2006 terrorismo el_mundo | Permalink | Comentarios (0) | Referencias (0)

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