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2001/01/23 06:00:00 GMT+1

El alcalde de El Ejido

Paso por El Ejido, en el Poniente almeriense, cuando va a cumplirse un año de los graves incidentes racistas que protagonizaron algunos de sus vecinos.

A su alcalde, que entonces dio el espectáculo, se le ve feliz. Me comentan que, gracias a él, ahora el PP arrasa en la comarca. No lo dudo. El hombre parece muy capaz de arrasar. Cualquier cosa. Incluida la razón.

Le preguntan si cree que la imagen que se tiene de El Ejido en el resto de España es fiel a la realidad. Responde que no, y argumenta que la entrada de Madrid por la carretera de Andalucía está llena de chabolas. Un dato muy cierto –pocas horas antes lo había comprobado yo mismo– pero sin relación alguna con el bochorno que escenificó su pueblo. Dónde vas, manzanas traigo.

Dice el alcalde que él sólo aspira a que los inmigrantes que llegan a Almería lo hagan “en las mismas condiciones que emigraron los españoles hace años, con todos sus papeles en regla”. Una de dos: o no tiene ni idea de lo que habla o es un mentiroso rematado. O las dos cosas. Cientos de miles de españoles marcharon en los 50 y los 60 a la Europa del norte sin más documentación que su pasaporte de turistas. ¿Lo sabe? Entonces, ¿por qué miente? ¿No lo sabe? Entonces, ¿por qué habla? Por lo demás, si tan amante de la legalidad es, ¿por qué no la emprende contra los ciudadanos de El Ejido que contratan a trabajadores indocumentados?

Pero cuando ya consigue sumirme en el estupor más perfecto es cuando explica la prosperidad de El Ejido apelando exclusivamente a “la laboriosidad de sus hijos e hijas, que trabajan de sol a sol”. Los inmigrantes, por lo visto, se han limitado a contemplar el espectáculo. No son ellos los que sudan bajo los plásticos de los cientos de invernaderos que pueblan estos alrededores y que son la razón básica de la actual riqueza de la comarca.

Afirma el hombre que la nueva Ley de Extranjería le parece de perlas. “Responde a mis expectativas”, añade. Bastaría con constatar ese entusiasmo para darse cuenta de que la tal Ley no puede ser buena.

Javier Ortiz. Diario de un resentido social (23 de enero de 2001). Subido a "Desde Jamaica" el 30 de enero de 2010.

Escrito por: ortiz el jamaiquino.2001/01/23 06:00:00 GMT+1
Etiquetas: diario 2001 | Permalink | Comentarios (0) | Referencias (0)

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