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1999/06/09 07:00:00 GMT+2

División del trabajo

«Dice usted que no sólo se opone a la OTAN; que también detesta a Milosevic. Pero el caso es que no para de escribir contra la OTAN y apenas ataca al dictador serbio. Esa no es una posición honesta».

Así de lacónico se mostraba un correo electrónico que recibí ayer.

Confieso que cuando lo leí me quedé perplejo. «¡Andá, claro!», me dije: «¡Seguro que muchos lectores no saben que entre los columnistas reina la división del trabajo!».

Así que voy a explicárselo.

Yo le tengo a Milosevic un paquete de mucho cuidado. Pero no escribo sobre ello. ¿Por qué? Porque ya hay 2.745 articulistas que lo hacen. Describen a diario su perversidad, su ultranacionalismo, su sueño de la Gran Serbia -cada vez más pequeña, por cierto-, su demagogia, su tétrica afición por la limpieza étnica... ¿Para qué voy a golpear yo también en ese clavo, hundido hasta la saciedad? Resulto socialmente más útil señalando la sinrazón criminal del otro bando, que la mayoría toma por bueno.

No consigo gran cosa con ello, ya sé, pero por lo menos ofrezco la posibilidad de pensar las cosas desde otro ángulo.

Digo esto en relación con la actual guerra de Yugoslavia, pero podría aplicarlo a muchos otros asuntos. «Siempre arremete usted contra el nacionalismo español y da la cara por los nacionalistas periféricos». Es una crítica del mismo género. Mi admiración por Pujol, Arzalluz y Beiras no es mayor que la que Loyola de Palacio pueda sentir por José Bono. Pero alguien tiene que decir que lo que se presenta en Madrid como antinacionalismo no es más que el viejo nacionalismo español de siempre que, a fuerza de ocupar la posición dominante, ni siquiera se reconoce como tal. Conviene -así sea sólo por mor del pluralismo- que alguien se tome a chufla a Felipe González cuando sostiene que hoy en día parece estar prohibida la defensa del nacionalismo español, cuando la aplastante verdad es la contraria: todos los medios de comunicación con sede en la capital del Reino rebosan españolismo militante por los cuatro costados. Haga usted la cuenta: ¿cuántos columnistas conoce que escriban en Madrid y acostumbren a señalar la parte de razón que tienen los nacionalistas periféricos?

Los puede contar con los dedos de una mano. Y le sobran cuatro.

Seguro que hay muchos asuntos en los que mi modo de pensar no difiere gran cosa del de la mayoría (bueno, algunos, al menos). Pero, si ya estamos de acuerdo, ¿para qué insistir? Hay quienes son maestros en escribir floridamente lo que ya ha pensado antes casi todo el mundo.

Como lo mío no es la literatura, me he especializado en buscarle el revés a todo.

Mera división del trabajo.

Javier Ortiz. El Mundo (9 de junio de 1999). Subido a "Desde Jamaica" el 11 de junio de 2012.

Escrito por: ortiz el jamaiquino.1999/06/09 07:00:00 GMT+2
Etiquetas: milosevic españolismo españa cataluña 1999 pujol nacionalismo euskal_herria beiras guerra preantología otan galicia yugoslavia euskadi arzalluz el_mundo | Permalink | Comentarios (0) | Referencias (0)

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