Inicio | Textos de Ortiz | Voces amigas

2003/04/17 06:00:00 GMT+2

Cuestiones de fe

Pensaba yo que, cuando Aznar decía que sabía que el régimen de Sadam Husein tenía un importante arsenal de armas de destrucción masiva («Créanme, créanme», suplicó en Antena 3), era porque tenía fe ciega en las afirmaciones que en ese sentido hacía el Gobierno de Bush. Daba por hecho yo que había de ser así, dado que los inspectores de las Naciones Unidas no habían encontrado nada parecido a eso y habida cuenta de que, que se supiera, ninguna misión del Ejecutivo español había realizado por su cuenta ninguna misión investigadora en Irak.

Pero ahora se descubre que no, que Aznar no se fía de las afirmaciones de Bush. O por lo menos no siempre. El presidente de los EUA proclama que Siria es «un Estado terrorista» que posee armamento químico, y Aznar responde que nones. O, mejor dicho, hace como si no hubiera oído y pretende que nadie está acusando a Siria de nada. El vicepresidente Rajoy va incluso más lejos -es lo suyo- y afirma taxativamente que Siria no tiene armas de destrucción masiva, presentando para sustentar tan valiosa afirmación las mismas pruebas con las que respaldó la contraria en el caso de Irak, esto es, ninguna.

¿Qué justifica un tan brusco declive de la confianza que Aznar tenía depositada en la palabra de Bush y sus colaboradores? ¿Tal vez le ha servido de escarmiento la experiencia anterior? No tendría nada de extraño, porque el caso es que no sólo las famosas armas iraquíes de destrucción masiva no han aparecido por ningún lado, sino que, además, los inspectores de la ONU han probado -y denunciado- que varias de las supuestas pruebas presentadas por Colin Powell ante el Consejo de Seguridad eran burdas falsificaciones. Si a eso se le añade el desafecto popular que se ha ganado por estos pagos precisamente por mostrar tanta devoción hacia Bush -un rechazo masivo que, diga lo que diga, le trae por la calle de la amargura-, cabe suponer que deben de sobrarle los motivos para huir de una repetición de la experiencia. De una repetición que, además, le sobrevendría con las urnas de por medio.

Eso sin contar con que tiene bastantes más negocios con Siria que los que tenía con Irak.

De modo que es muy, pero que muy comprensible que no quiera ni oír hablar de las acusaciones estadounidenses contra el régimen de Damasco.

Pero con su rechazo de esas acusaciones, Aznar deja abierto otro enorme flanco para la crítica. Porque ¿cómo puede justificar que ahora no conceda crédito a las afirmaciones de Bush y Rumsfeld cuando se lo concedió de manera incondicional en vísperas del ataque contra Irak? ¿Se equivocó entonces? Y, si es así, ¿por qué no lo reconoce? Y, si hizo bien fiándose con los ojos cerrados de los dirigentes estadounidenses, ¿por qué no repite ahora?

¿Cómo era aquello del mentiroso y el cojo?

Javier Ortiz. Diario de un resentido social (17 de abril de 2003). Subido a "Desde Jamaica" el 28 de marzo de 2017.

Escrito por: ortiz el jamaiquino.2003/04/17 06:00:00 GMT+2
Etiquetas: irak aznarismo guerra sadam_husein diario 2003 aznar | Permalink | Comentarios (0) | Referencias (0)

Comentar





Por favor responde a esta pregunta para añadir tu comentario
Color del caballo blanco de Santiago? (todo en minúsculas)