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2000/08/23 07:00:00 GMT+2

Balance de una ofensiva

Agosto va llegando a su fin y, con él, la mortífera campaña estival de ETA, que pretendía servir de pórtico al nuevo curso político y condicionar sus pautas.

Va siendo hora ya, por lo tanto, de preparar el balance.

Todo balance tiene un activo y un pasivo. ¿Qué ha perdido y qué ha ganado ETA con esta ofensiva?

Ha perdido apoyos políticos. Ha dinamitado el Foro de Lizarra. Se ha cargado todo el esfuerzo que hizo HB con la creación de Euskal Herritarrok para influir sobre algunos sectores intermedios y atraer a ciertas personalidades independientes.

Ha hecho una contribución muy importante a la pérdida de Alava para la causa del nacionalismo vasco. En Navarra ha reforzado la base social anti-vasca: nunca como ahora se han escuchado allí tantas voces pidiendo que se anule la cooficialidad del euskara o que no se den más subvenciones a las ikastolas (churras y merinas, pero ése es el hecho). También se le han distanciado los ya de por sí magros sectores nacionalistas del País Vasco-Francés. En resumen: ha dado un montón de pasos atrás en la causa de la territorialidad.

Aparte de eso, cuatro de sus militantes han perdido la vida y varios más han sido detenidos.

¿Qué contrapartidas ha logrado a cambio? Si lo que pretendía era demostrar la inutilidad de la vía policial, la ha hecho buena: peor parada ha dejado la vía política. Lo cual, así sea por simple exclusión, refuerza la contraria.

¿Creía que iba a exasperar y sacar de quicio a la opinión pública española, animándola a reclamar del Gobierno que ponga solución a esto «como sea»? Tampoco. Al común de los españoles la acción de ETA le parece garrafal, sin duda, pero no le altera apenas la vida: oye las noticias de la radio, contempla los telediarios, evoca fugazmente los ancestros de los autores de los atentados y sigue con sus cosas.

Este último punto me parece de capital importancia.

La llamada clase política, igual que algunas asociaciones más o menos especializadas, tienen una especie de tic: cada vez que hay un atentado de ETA, convocan unas cuantas concentraciones. A las que, por cierto, apenas acude nadie últimamente.

Creo que no se dan cuenta de que lo que verdaderamente hace daño a ETA es comprobar que, por mucha dinamita que le eche, no logra alterar ni poco ni mucho la vida cotidiana de España. Que todo el ruido que monta queda a beneficio de inventario.

No cabría balance más patético: después de tanta sangre y tanto dolor, ajenos y propios, han dejado todo aún peor de lo que estaba.

Javier Ortiz. El Mundo (23 de agosto de 2000). Subido a "Desde Jamaica" el 22 de agosto de 2011.

Escrito por: ortiz el jamaiquino.2000/08/23 07:00:00 GMT+2
Etiquetas: 2000 eta euskal_herria el_mundo euskadi | Permalink | Comentarios (0) | Referencias (0)

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