Inicio | Textos de Ortiz | Voces amigas

2004/11/12 06:00:00 GMT+1

Análisis con bemoles

Los comentaristas políticos, en España y en el conjunto del mundo occidental, aceptan como una verdad evidente por sí misma que la muerte de Yasir Arafat puede facilitar la distensión en el Oriente Medio. Dan por buena la pretensión de los dirigentes israelíes, repetida varias veces por Bush y sus colaboradores, para quienes Arafat no sólo no facilitaba la solución de los problemas, sino que era él mismo un problema.

Es indignante.

Lo sería incluso aunque hicieran extensiva esa condena ad hominem a Ariel Sharon y añadieran acto seguido que la desaparición física del actual primer ministro israelí sería también una condición positiva para el apaciguamiento de la zona. Pero es que no lo hacen. Sharon ha demostrado hasta la saciedad que es un especialista en echar gasolina al fuego (y metralla a los cuerpos). Es un provocador. Es belicoso hasta lo indescriptible. Es un desalmado. ¿Y habremos de suponer que con ese individuo al frente del Estado de Israel es posible avanzar hacia la paz, pero no lo era con Arafat?

A lo largo de su trayectoria como presidente de la Autoridad Nacional Palestina, Yasir Arafat demostró que estaba dispuesto no sólo a negociar, sino a ceder más y más. Tanto, que muchos palestinos lo miraban ya con franca desconfianza, cuando no con directa hostilidad. No veo en qué sus sucesores podrían mostrarse más dúctiles que él sin que eso les condujera lisa y llanamente a la capitulación. Les piden que se enfrenten a tiros contra quienes combaten la ocupación sionista, pero nadie les asegura que, si lo hacen, el enemigo devolverá lo que ha ocupado ilegalmente. En consecuencia, lo que les están reclamando es que colaboren con los ocupantes. Si eso es razonable, que venga Yahvé y lo vea.

Quienes sí tienen por delante un enorme margen de maniobra son los gobernantes israelíes, que no han cesado de agravar la situación. Pero a ellos no les aprietan las tuercas.

No sentía yo mayor simpatía por Arafat. Por las noticias que me llegaban de fuentes fiables, su administración estaba en manos de mangantes de mucho cuidado. Además, sus servidores no tenían (o no tienen) una idea muy precisa de lo que significan los derechos humanos. Su policía ha sido acusada de recurrir a la tortura de manera sistemática. Más de un detenido ha salido de sus dependencias con los pies por delante. Pero no es de eso de lo que hablan quienes pretenden que su desaparición puede contribuir a la paz. Porque, si así fuera, dirían que todos esos cargos y muchos más pueden dirigirse también contra las autoridades de Israel.

Pero Sharon y compañía tienen bula. Están cubiertos por el manto protector de Occidente. No hay que exigirles nada. Sólo esperar que se vuelvan buenos, cosa que sucederá exactamente a la misma hora en la que los burros empiecen a volar.

 

Javier Ortiz. Apuntes del natural (12 de noviembre de 2004). Subido a "Desde Jamaica" el 12 de julio de 2017.

Escrito por: ortiz el jamaiquino.2004/11/12 06:00:00 GMT+1
Etiquetas: apuntes 2004 | Permalink | Comentarios (0) | Referencias (0)

Comentar





Por favor responde a esta pregunta para añadir tu comentario
Color del caballo blanco de Santiago? (todo en minúsculas)