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2003/11/05 07:00:00 GMT+1

Además y sobre todo

Hasta el 13 de mayo de 2001, el PP alimentó la esperanza de hacerse con el control del tinglado vasco. Es más: creyó firmemente que lo iba a lograr. Repasen las hemerotecas: comprobarán que, en las vísperas de aquellas urnas, Mayor Oreja hablaba ya como virtual presidente de la CAV -que no lehendakari- diciendo qué iba y qué no iba a hacer cuando se sentara en el sillón de Ajuria Enea.

Pusieron toda la carne en el asador. Y se llevaron una enorme galleta.

A partir de aquel día, Aznar dio a Euskadi por perdida. Y a Mayor Oreja por amortizado.

Desde entonces, Euskadi le ha servido sólo a modo de pasarela para el desfile de sus fantasmas. O de sequía en la que respaldar la convocatoria de sus romerías marianas.

Euskadi no es para él un territorio habitado por mucha gente que merece consideración, más allá de su ideología. Es el muñeco destinado al vudú de sus complejos: débil con los fuertes, fuerte con los débiles.

Hasta extremos patéticos. ¿Qué tendrá de malo que el Gobierno vasco llegue a un pacto con Mauritania para que algunos barcos vascos pesquen en sus aguas? ¿Hace falta ser un Estado independiente para sellar acuerdos económicos? ¿No invierten aquí montones de empresas extranjeras que no cuentan con ningún respaldo político, ni local, ni regional, ni estatal? Item más: ¿qué tendrá de perverso que Euskadi abra oficinas de representación exterior, en nada diferentes de las que tienen otras comunidades autónomas y a las que nadie ha objetado nada? Otrosí: ¿qué hay de inaceptable en llamar inmigrante al que llega de fuera para vivir con nosotros, salvo que uno haya puesto previamente ese término en la lista negra de sus fobias? Cielo santo: ¡comparen la legislación que reserva Euskadi a los inmigrantes de toda procedencia con la que les aplica el PP allí donde controla la situación, y hablen luego!

Todo el mundo lo sabe, aunque muchos lo nieguen por razones de estética, ya que no de ética: el País Vasco está sometido a un estado de excepción de facto. Se fabrican leyes a su medida. Se aplican las leyes a su medida. Todo lo que procede de su seno es sospechoso. Todos los que no participan en la Cruzada antinacionalista son sospechosos. Aunque no sean nacionalistas.

Los jefes de «¡Basta Ya!» se niegan a acudir a un acto oficial alegando que también está previsto que acudan nacionalistas, y la España oficial les ríe la gracia de su intolerancia.

Para estas alturas, ya no reclamo que seamos los vascos los que decidamos sobre nuestro destino porque defienda el derecho de autodeterminación. Lo hago, además y sobre todo, porque creo que más vale que decidamos sobre el destino de Euskadi los que tengamos un mínimo de interés en el destino de Euskadi. En el de su gente. En el de su pueblo, que es solo uno.

Que decidamos los que cuando pensemos en qué hacer en Euskadi no tengamos la cabeza puesta en cómo hacer campaña electoral en Madrid, Valladolid, Badajoz o Zamora.

Por respeto a nosotros. Y por respeto a Madrid, Valladolid, Badajoz y Zamora.

Javier Ortiz. El Mundo (5 de noviembre de 2003). Subido a "Desde Jamaica" el 15 de abril de 2018.

Escrito por: ortiz el jamaiquino.2003/11/05 07:00:00 GMT+1
Etiquetas: el_mundo mayor_oreja aznarismo 2003 preantología euskal_herria españa aznar euskadi | Permalink | Comentarios (0) | Referencias (0)

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