Películas de Estreno
EL SUEÑO DE JIMMY GRIMBLE
Un cuento sobre el fútbol simple y olvidable
FICHA TÉCNICA
Título Original: There’s only one Jimmy Grimble
Gran Bretaña. 2000. 105 min.
Director: John Hay
Guión: Rik Carmichel, John Hay, Simon Mayle
Intérpretes: Lewis McKenzie, Robert Carlyle, Gina McKee, Ben Miller, Jane Lapotaire, Ray Winstone
El cine social británico ha adquirido un enorme prestigio gracias, entre otros, a directores de la talla de Ken Loach o Mike Leigh que han hecho del drama social un género de películas excelente. En los últimos años ha habido otros directores que han optado por darle un toque de comedia costumbrista a este tipo de filmes. La divertida y sobrevalorada Full Monty o la irregular Billy Elliot son algunos ejemplos actuales.
El sueño de Jimmy Grimble, del debutante John Hay, sigue la línea de las anteriores. Cuenta la historia de un niño, Jimmy, tímido e inseguro, que vive bajo un pánico constante ante las amenazas de algunos compañeros de colegio. Un chaval, hijo de madre soltera, que vive obsesionado con la búsqueda del novio y padre ideal para su incompleta familia. Jimmy es, además de seguidor del Manchester City, el equipo humilde de la ciudad en contraposición al Manchester United, jugador suplente de fútbol porque no logra superar el miedo escénico que le impide desarrollar todo su potencial deportivo. Todo en su corta pero desgraciada vida da un giro espectacular gracias a unas botas con supuestos poderes mágicos que una anciana mendiga le regala.
John Hay ha intentado combinar realidad y fantasía en una historia que mezcla los problemas diarios de la clase trabajadora con la ilusión de un niño por convertirse en una estrella del fútbol. Pero lo hace de forma demasiado simplista al dividir claramente a los personajes en buenos y malos, héroes y villanos, humildes y ambiciosos, al huir del dramatismo inicial para pasar al optimismo resplandeciente que otorgan unas misteriosas botas mágicas. Hasta el supuesto alegato a favor del fútbol base, el vago intento de mostrar este deporte como algo más que un puro negocio, queda en papel mojado cuando hay irritantes momentos de la película que parecen un spot publicitario de las multinacionales deportivas, esas que utilizan a chavales de la misma edad para fabricar la ropa que ellos lucen en el césped. El sueño de Jimmy Grimble, pudiendo ser una excelente crónica de lo que cuenta, se queda en una película con escasos momentos destacables, algunos –incluso– entrañables, con un resultado poco convincente, alejado de la realidad y fácil de olvidar.
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