Keçe Kurdan (Chica kurda)

Aynur

Kalan Müzik Yapim, 2004
Editado y distribuido en España por Resistencia, 2005

 

Aynur era todavía una niña cuando ya la música formaba parte de su vida. Era muy habitual entre los suyos crecer escuchando música y canciones, los grandes poemas y las melodías del pasado, "que acaban siendo parte de ti misma", como declara la cantante kurda. Fruto de este contacto constante con la música fue la conciencia que adquirió de las enormes oportunidades artísticas que existen en la mezcla de palabras, cantos y músicas. La música y la poesía son el centro de la cultura kurda. Conviene recordar que esa cultura está profundamente arraigada en la zona de la que ella procede. Incluso en Turquía la cultura cambia de ciudad en ciudad, y la tradición musical kurda alevi (próxima a la doctrina chií), a la que Aynur pertenece, es muy diferente de la de Siria o Irán.

En 1992 su familia se trasladó a Estambul, como mucha otra gente, debido a los acontecimientos políticos de los 90. Familias completas se vieron forzadas a emigrar desde el este al oeste de Turquía. Al principio resultó difícil adaptarse a las costumbres de aquella gran ciudad. Comenzó a recibir clases de baglama, el laúd tradicional turco por excelencia. "En aquellos tiempos la música kurda tenía que luchar con toda clase de dificultades y tocarla podía ser muy duro, pero persistí y mantuve viva la tradición con la que había crecido a través del difícil acceso que tenía a las grandes músicas kurda y turca", dice.

Una de las influencias más importantes que tuvo en esa primera etapa fue la del guitarrista turco Erkan Ogur, músico innovador que se hizo famoso por inventar una guitarra sin trastes que permite la ejecución de las tonalidades sutiles y cambiantes de la música turca. Sus grabaciones han logrado mantener viva la tradición musical turca para las siguientes generaciones, y esa mezcla de lo antiguo y lo nuevo caracteriza también la música de Aynur. También ejercieron influencia sobre ella las músicas de Oriente Medio, de Irán, de España, de Grecia y de Latinoamérica, igual que la voz de cantantes como Tracy Chapman. Pero lo que más poderosamente ha marcado su estilo ha sido la gran tradición barda del este de Turquía, donde los trovadores iban de ciudad en ciudad cantando tanto sus propias composiciones como las venerables canciones transmitidas de generación en generación a través de los siglos.

"Kege Kurdan" (Chica kurda), su tercer disco, fue un proyecto que, desde el principio, interesó enormemente a Hasan Saltik, productor y fundador de Kalan, uno de mejores sellos turcos. Para ello Hasan invitó a varios de los mejores músicos de su compañía, apelando a su conocimiento de la música kurda.

Aunque en sus comienzos como artista Aynur cantaba acompañándose del baglama, ahora ha optado por una música folk urbana de sonidos más complejos y con varios instrumentos y músicos: violines, kanun (salterio), a lo que añade las armonías de un canto ancestral. "Amo el estilo antiguo ‑el trovador y su baglama‑; esa es la auténtica voz de la música kurda. Por eso, de vez en cuando, anhelo volver a ese formato. y lo utilizo incluso cuando actúo con un grupo más grande. Hay una riqueza y una belleza apabullantes en esa sencillez. Querría añadir, finalmente. que la música kurda me ha nutrido, y me gustaría hacer que esa música llegue a un mundo más amplio. No sólo la música, sino también  la cultura de la que nació. También, como mujer que canta música kurda, soy muy consciente de la violencia y la opresión que han afligido a las mujeres y los niños de mi comunidad y de todo el Oriente Medio. Mi esperanza es la paz.”

Es cierto que nuestros oídos no están muy habituados a músicas como la de Aynur, pero tampoco tardan en hacerse a ella y captar sus secretos. Entonces, la fascinación viene por sí sola.

«Alzaos, chicas, haced oír vuestras voces en el mundo.

Os esperan cosas difíciles en las alturas.

Y es que las mujeres ahora avanzan, estudian.

Han puesto plumas a sus alas para volar más alto.

Porque eso es lo que queremos, chicas, acudid a la batalla.

¡Sí, somos chicas kurdas!».

De este tenor es la letra que da nombre al disco. Pero Aynur no cree que su música juegue un papel político. ¡A saber qué entenderá ella por política! Javier Ortiz

  

 

 

 

 

 

Volver       

       Página de Javier Ortiz