Archivo del Diario de un resentido social

Semana del 14 al 20 de agosto de 2000

 

             

¿En manos de quiénes estamos?

Comentaba el otro día cuán insustanciales e ignorantes son los dos candidatos que van a pugnar por la Casa Blanca. Estando las cosas como están, hasta veía lógica la amplia ventaja que llevaba Bush a Gore en las encuestas: en los EUA sólo vota una parte de las clases medias, y las clases medias norteamericanas están pasando ahora por una fase mayoritariamente conservadora.

Me hizo gracia una frase del autor del reportaje del Observer que os mencionaba en aquel apunte: “Cuando Bush trata de parecer sincero, parece un farsante; cuando Gore trata de parecer un farsante, parece sincero”.

Pero ahora resulta que, según un sondeo de Neewsweek, Gore ha remontado la ventaja que le llevaba Bush y le ha superado ampliamente en expectativa de voto. Lo cual quiere decir que la opinión pública estadounidense ha dado un vuelco... ¡de casi 40 puntos!

Lo único que ha ocurrido en esta última semana es que se ha celebrado la Convención del Partido Demócrata, es decir, que Gore ha salido mucho en televisión. Nada que tenga que ver con programas de acción o con iniciativas políticas de fondo: sus discursos han sido tan vacuos como siempre.

Le han visto más y se han ido detrás de él, como las ratas detrás del flautista de Amelín.

¿Cabe imaginar un electorado más voluble e inconsistente?

Decía Hegel que los pueblos tienen los gobernantes que se merecen. Parece obligado darle la razón.

Lo malo es que el destino de la Humanidad va a depender de uno de esos dos gobernantes tontos.

Del que elija ese electorado que se deja convencer tan tontamente.

 

(20-VIII-2000)

 

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       Prestaciones funerarias

El Tribunal Superior de Justicia del País Vasco ha decidido suspender cautelarmente el acuerdo municipal por el que el Ayuntamiento de Markina (Bizkaia) se comprometió a ceder su salón de plenos para la celebración de un homenaje a Patxi Rementeria, miembro de ETA muerto la pasada semana en Bilbao cuando le estalló una bomba que transportaba. Justifica su dictamen el TSJPV alegando que el Ayuntamiento de Markina ha tomado una decisión que parece exceder de las atribuciones municipales “en materia de prestaciones funerarias”.

O los jueces del TSJPV son unos chapuceros o están de coña.

Ha habido numerosos ayuntamientos, en Euskadi y en toda España, incluso muy recientemente, que han cedido sus salones de plenos para convertirlos por un día en eso que se llama “capilla ardiente”, aunque el interfecto no hubiera sido ni alcalde ni concejal. Ningún tribunal  les ha enmendado jamás la plana.

El argumento es peregrino a más no poder.

Y no digamos ya la gracia de decir que la suspensión es “cautelar”. ¿Qué pretende el TSJPV? ¿Qué tengan a Rementeria sin enterrar hasta que se resuelva el asunto, se examinen los sucesivos recursos, etc.?

Si se hubiera tomado el asunto en serio, el TSJPV podía haber argumentado que suspende el acuerdo de Markina porque el alcalde y los concejales del PNV y EA han declarado que tomaron esa resolución porque se sintieron coaccionados. Una resolución que se adopta bajo coacción es nula de pleno Derecho. Sobre esa base, incluso podría haber instado la apertura de un procedimiento penal por un posible delito de coacciones.

Pero el TSJPV tenía demasiada prisa política como para ponerse a pensar en leyes.

Su recurso a las “prestaciones funerarias” me recuerda la carta que le escribió el alcalde anarquista de un pueblecito de Lleida al cura párroco de su pueblo, allá por 1937.

Decía: “Señor: Puesto que está demostrado que su establecimiento no es de primera necesidad, le ruego lo mantenga cerrado el día de mañana y siguientes”.

 

 (19-VIII-2000)

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       Dos niños de papá

El uno es hijo de papá Bush. El otro es hijo de papá Gore.

Recomiendo vivamente la lectura del reportaje sobre Albert Gore, traducido del Observer, que publica hoy El Mundo. El autor, que se conoce al personaje muy bien, lo califica como “el candidato genéticamente modificado”. Explica cómo Al Gore Jr. es un individuo al que sus asesores van transformando según las conveniencias políticas del momento. En cada circunstancia es lo que haga falta: derechista, liberal, belicista, pacifista, ecologista, globalizador... Sólo mantiene una constante: no tiene nunca ni pajolera idea de ninguno de los asuntos que aborda. Se le puede preguntar lo que sea: como sus asesores no hayan previsto la pregunta y él no se haya aprendido la respuesta en plan papagayo, demuestra de inmediato que su ignorancia es totalmente enciclopédica.

Papá Gore es el típico político sureño –la familia es de Nashville–, forrado de millones y acostumbrado a doblegar voluntades a golpe de talonario. Fue condenado por un caso de financiación ilegal del Partido Demócrata. Su hijo ha hecho siempre lo que papá le ha dicho, y en ésas sigue. Mamá Gore no está del todo de acuerdo con él: en cierta ocasión, llegó a quejarse en público de que se hubiera unido a un patán como Clinton.

Bush Jr., alias El Ejecutor,  es aquí conocido por su afición a las ejecuciones. Pero quienes saben de su trayectoria lo pintan como un capullo que donde mejor se desenvuelve es en las casas de putas, con un whiskey (ortografía norteamericana) en la mano. Me han contado que en una entrevista llegó a demostrar que no sabía la posición en el mapa de tres países que en aquel momento se encontraban en conflicto. Uno de ellos, ni más ni menos que Afganistán. Puede rivalizar con Gore en materia de ignorancia.

Su papá fue el que fue, pero por lo menos sabía de geografía: había sido el jefe de la CIA.

O Bush Jr. o Gore Jr. será pronto el gran patrón del Universo.

Confiemos en que no se le suba el cargo a la cabeza y siga dejando que sean sus asesores los que lo decidan todo.

  

 (18-VIII-2000)

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El nacionalismo criminal

Para nacionalismo criminal, el del presidente ruso, Vladimir Putin. Cuando se averió y quedó varado en el fondo del mar de Barents el submarino nuclear Kursk, con 118 tripulantes a bordo, rechazó la ayuda que le ofrecieron varios Estados occidentales. Según él, Rusia tenía los mejores equipos de rescate del mundo y no necesitaba auxilio de nadie. Fue una reacción típicamente nacionalista: de nacionalismo de gran potencia.

Quizá, de haber aceptado ese auxilio en el momento en el que se lo ofrecieron, todavía hubiera podido hacerse algo.

Pero dijo que no.

Cuando, días después, comprobó que la Armada rusa era incapaz de resolver el problema, entonces accedió a recibir ayuda. Había perdido un tiempo precioso. Dicen que los mini-submarinos que han enviado el Reino Unido y Noruega no podrán empezar a trabajar hasta el sábado. Para entonces, lo más probable es que no quede con vida ni uno solo de los tripulantes del Kursk.

Aliento la sospecha de que, además, si Putin cambió de posición y se avino a recibir ayuda, no fue porque hubiera comprendido que su nacionalismo le había obnubilado, sino precisamente porque se dio cuenta de que no había ya nada que hacer y pensó que, si metía en danza equipos extranjeros, podría repartir la culpa de lo sucedido.

Putin ha jugado con la vida de 118 hombres para mayor honor y gloria de su orgullo nacionalista.

Eso sí que es nacionalismo criminal.

Pero no os preocupéis: los Estados occidentales lo seguirán tratando como a un gran estadista.

Incluso Iturgaiz, si por ventura algún día, y así fuera solo por unos segundos, dejara de decir pestes del “nacionalismo cómplice” del PNV y EA y le preguntaran por Putin, hablaría bien de él.

 

(17-VIII-2000)

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Mikel Leiza, hipótesis de trabajo

El Ministerio del Interior distribuyó a los medios de comunicación las fotografías de varios presuntos terroristas del llamado “Comando Zaragoza”. Entre ellas, la de un joven guipuzcoano llamado Mikel Leiza.

Al parecer, Mikel Leiza ha visto su fotografía en la TV y se ha presentado en ETB para preguntar a cuento de qué su imagen está siendo difundida a a los cuatro vientos y por qué se le relaciona a él con ETA. Numerosos testigos han declarado que Leiza  no se ha movido de su pueblo desde hace semanas y que desarrolla una vida totalmente normal, a la vista de todos.

Leiza dice que estudia la posibilidad de querellarse contra el Ministerio del Interior. No veo qué tiene que estudiar.

El Ministerio de Interior se ha limitado a decir que maneja la identidad de Leiza solamente “como hipótesis de trabajo”.

Es difícil determinar qué resulta más chocante: si el posible error o el intento de coartada.

Se ve que Mayor Oreja está tan ocupado sirviéndose de la lucha antiterrorista para promocionarse como candidato a lehendakari, yendo de emisora de radio en emisora de radio y de canal de TV en canal de TV, exhibiendo su palmito de señor-estupendo-que-no-ha-roto-un plato-en-su-vida..., que no tiene tiempo para ordenar a sus subordinados que antes de colocar debajo de la fotografía de alguien el letrero de SE BUSCA confirmen algunos detalles elementales. Por ejemplo, si hay necesidad de buscarlo. Porque lo mismo está en su casa tan tranquilo.

¿Una “hipótesis de trabajo”, acusar a alguien públicamente de terrorista?

Qué barbaridad.

 

 (16-VIII-2000)

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San Nicolás II y su Santa Familia

El Concilio Arzobispal de la Iglesia Rusa ha decidido canonizar al último Zar, Nicolás Románov y, ya de paso, también a toda su familia. 

A la hora de tomar esta decisión, los grandes popes han valorado “los sufrimientos” que padeció la familia real rusa en el último tramo de su existencia, cuando fue hecha presa, y “la paciencia y la resignación” con las que afrontó su fatal destino.

Nicolás II fue un bobalicón caprichoso que sentía un profundo desprecio por su propio pueblo, al que maltrató hasta extremos inauditos. Nada más que la orden de disparar contra la multitud inerme de San Petersburgo (el célebre Domingo Sangriento) sería motivo suficiente no ya para negarle la santidad, sino para condenarlo fulminantemente al fuego eterno.

La zarina Alejandra fue todavía peor. Tan despótica como su marido, pero más voluble, más implacable... y enormemente supersticiosa.

Su hijo y sus hijas no fueron gran cosa, más que nada porque no les dio tiempo.

Los sufrimientos que pasó esa familia merecerían admiración si hubieran sido voluntarios. Si te detienen a la fuerza y te matan, puedes merecer lástima, pero desde luego no admiración. En cuanto a sus supuestas “paciencia y resignación”, hay que tener en cuenta la educación de las familias reales en aquellos tiempos. María Antonieta también acudió al cadalso sin mover una pestaña. Esa actitud no era fruto de ningún sentimiento de resignación cristiana, sino del profundísimo desprecio que sentían por el “populacho”.

Esta manía que sienten algunos por premiar los escasos o nulos méritos de las testas coronadas me recuerda unas pintadas que vi hace algo así como 20 años en un muro de Alicante. Alguien había pintado: “El Premio Nobel de la Paz para el Rey Juan Carlos”. Y otro escribió debajo: “Y la Medalla del Trabajo para su padre”.

 

(15-VIII-2000)

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            La ira de Anasagasti

En un largo artículo publicado ayer en “Deia (“Somos tan hermanos como Caín y Abel”), el portavoz del PNV en el Congreso de los Diputados, Iñaki Ansagasti, se ha despachado a gusto con ETA, con HB y con el acuerdo de Lizarra. A Otegi y los suyos los pone de vuelta y media, y afirma que ningún “vasco de bien” tiene nada que hacer con ellos, porque el llamado “Movimiento de Liberación Nacional Vasco” no es sino un Movimiento de Destrucción Nacional. En cuanto al acuerdo de Lizarra, sostiene que es ya un cadáver y que lo mejor que se puede hacer con él es enterrarlo cuanto antes. Esto, escrito por el portavoz parlamentario del partido –y escrito además en un tono iracundo que no deja lugar a dudas en cuanto a su firmeza–, ha caído como una bomba –si se me permite la expresión, quizá no muy conveniente tratándose de Euskadi–, sobre todo teniendo en cuenta que hace pocos días el portavoz del partido, Joseba Egibar, había proclamado que “HB necesita al PNV, y el PNV a HB”, porque, según él, son las dos fuerzas políticas que han de servir de eje para la “construcción nacional vasca”.

Me leí ayer atentamente el artículo, tratando de encontrar la clave del cambio de posición de Anasagasti. Y al final la encontré. Cuenta que hace unos días, cuando su madre viajaba en autobús con una amiga, un grupo de encapuchados rompió los cristales del vehículo y arrojó dentro un cóctel molotov. Las dos buenas señoras, como el resto de los pasajeros, hubieron de salir a escape. La amiga de la madre de Anasagasti resultó herida levemente, por los cristales, y ambas se llevaron un susto de muerte.

Para mí, está clarísimo que el incidente provocó en don Iñaki un cabreo apocalíptico, y que se dijo: “¡Hasta aquí hemos llegado!”.

No trato de ridiculizar su giro. En absoluto. De hecho, a mí me sucedió algo similar el día del atentado de ETA contra el Hipercor de Barcelona. Cuando oí  en la radio la noticia de aquella espantosa matanza, recordé con horror que era en ese Hipercor donde mi hija Joana y su madre hacían la compra casi a diario. Salí escopetado con el corazón en un puño buscando un teléfono y no me tranquilicé hasta que hablé con ellas.

Aquel día –así somos los humanos de egoístas– empecé a reflexionar sobre ETA con otro talante. Como Anasagasti.

 

El éxito de las monjas internautas

Leí también ayer un teletipo de Efe que me dejó perplejo. Contaba que hay una página web que han hecho las monjas del Convento de las Carmelitas Descalzas de Medina de Rioseco (Valladolid) que está siendo premiadísima y que es un éxito rutilante a escala mundial. La página incluye un devocionario, letanías y otras oraciones, vidas de santos... Miré la página, que está en www.terra.es/personal/carmelit y no me decepcionó en absoluto: es fascinantemente surrealista. Si tenéis tiempo y estáis de buen humor, no dejéis de echarle un ojo.

Pero lo que más me llamó la atención fue lo del presunto éxito apabullante de la página. Según el contador que incluye, no ha tenido aún ni 5.000 visitas, y lleva en la Red desde el pasado octubre: casi un año. La página de este servidor de ustedes ha tenido ya una cifra de visitas parecida... en apenas 20 días de existencia.

Me estoy planteando la posibilidad de incluir yo también algunas oraciones (qué sé yo, las letras de “La Internacional”, “La Varsoviana” y “Tiempo de Cerezas”, por ejemplo, para empezar).

Seguro que así ya arraso.

 

(14-VIII-2000)

 

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