No descansan en paz

 

El 30 de marzo de 2004 se produjeron en Gran Canaria dos accidentes concatenados. Primero se accidentó una guagua en la que viajaba un grupo de turistas holandeses. Acudieron al lugar dos helicópteros de salvamento para auxiliar a los heridos. Fue entonces cuando sobrevino el segundo accidente: les hélices de uno de los helicópteros, que despegaba para evacuar a dos mujeres heridas, se enredaron en unos cables de tendido eléctrico y el aparato se estrelló. Perecieron los tres tripulantes y las dos turistas heridas. Al día siguiente, el diario La Provincia, de Las Palmas, publicaba la esquela reproducida arriba. Obsérvese que, según el diario canarión, son los cinco fallecidos quienes solicitan una oración por el eterno descanso de sus propias almas. El periódico encabezó la esquela con la abreviatura del ritual «Descansen en paz». El deseo parece en este caso particularmente pertinente.

 

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