Los seguros de patanes muertos

 

 

Estoy leyendo estos días el segundo libro escrito por Michael Moore que cae en mis manos. Se trata de “¿Qué han hecho con mi país, tío?” (“Dude, Where’s My Country?”). Lo que llevo leído me ha parecido brillante, la misma sensación que tuve con “Estúpidos hombres blancos”. Y no sólo eso: también me resulta esclarecedor. Con su lacerante y desenfadada prosa, Moore consigue hacer entrar al lector en una sincera espiral de resentimiento contra el poder político y económico estadounidense, al poner a nuestra disposición una serie de datos hábilmente escogidos por lo ilustrativos que resultan y la alarma que producen.

Todos sabemos lo viles y corruptas que son las grandes empresas, y hasta dónde llega su falta de escrúpulos. Sin embargo, una sección del libro de Moore desvela una práctica cada vez más común en las corporaciones estadounidenses que, os lo confieso, me ha dejado atónita.

Esta nueva técnica empresarial consiste en que los patronos contratan carísimas pólizas de seguros de vida para sus empleados, y se quedan con la pasta cuando el empleado muere, aunque éste no esté trabajando en la empresa en el momento del fallecimiento. La familia del muerto, sin embargo, no recibe absolutamente nada del seguro, ni en dinero ni en especies. Las compañías sobre-explotan así a sus trabajadores sin que éstos tengan la menor noticia de ello. ¿Sabéis cuál es el término habitual para referirse a esta detestable práctica, que se utiliza en el mundillo empresarial? En efecto: Los “seguros de patanes muertos” (“Dead Peasant Insurances”), o “seguros de los conserjes” (“Janitors Insurances”). Precioso, ¿verdad? Las compañías que practican esta atrocidad suelen utilizar los beneficios para pagar las jubilaciones de los altos ejecutivos, por ejemplo.

Liz Pullian, una especialista estadounidense en administración de empresas, afirma en su artículo “¿Quiere su jefe que usted muera?”, publicado en algunos periódicos especializados de Estados Unidos, que este tipo de pólizas suponen el 20% de los seguros vendidos en los E.U.A. cada año, y que las empresas que las contratan se ahorran con ellas unos 9 mil millones de dólares anuales en impuestos. Por otra parte, las compañías pueden utilizarlas para solicitar préstamos con los seguros como garantía y, lo que es más: los beneficios provenientes de la muerte de los empleados o ex empleados ¡están libres de impuestos! Con tales ventajas, es fácil entender que cientos de empresas –entre ellas, Dow Chemical, Procter & Gamble, Wal-Mart, y Walt Disney- hayan contratado hasta la fecha estos seguros de vida para cerca de 6 millones de trabajadores, todos ellos de baja y media categoría salarial. Desde luego que estas grandes empresas han asegurado a su favor, durante décadas, las vidas de los altos ejecutivos, pero mientras en estos casos el seguro de vida tiene un claro propósito empresarial -perder la experiencia, los conocimientos y los contactos de los trabajadores con alta responsabilidad puede ser financieramente desastroso para las empresas-, los “seguros de patanes muertos” tienen como exclusivo propósito el beneficio económico.

A pesar de que la controversia que surgió al hacerse pública esta actividad financiera tan nauseabunda (gracias a un artículo publicado en abril de 2002 en The Wall Street Journal que destapaba el pastel), hiciera que algunas empresas decidieran dejar de contratar estas pólizas por miedo a perder clientes de la ralea de los “patanes”, la realidad es que se siguen firmando estos seguros, y en gran número.

No se conforman con comprar a bajo precio y en pésimas condiciones la fuerza de trabajo de los asalariados. Obtienen beneficio, no ya de nuestras vidas, sino de nuestras muertes. Si con este tipo de atrocidades el personal no se da cuenta de quiénes son los enemigos de la mayor parte de la humanidad, francamente, dudo que lo sepan jamás.

Esto es el capitalismo salvaje. Ni más, ni menos. Y más vale que empecemos a entender todos a quiénes beneficia y a quiénes perjudica.

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.                   Para escribir a la autora: bmartos1969@yahoo.es

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